LAS FALACIAS Y LA PELÍCULA “EL GRAN DEBATE”: Luis Rosales Ramos
Por: Luis Marcelo Rosales Ramos
Fecha: 14
de agosto del 2018
El
presente trabajo tiene la finalidad de determinar algunas de las falacias más
conocidas en el ámbito de la hermenéutica y la argumentación jurídica, es mi
apreciación personal del análisis de la película “El gran debate” del actor y
director Denzel Washington, en cuyas escenas podemos apreciar muchas falacias
que en clases hemos estudiado.
Una
de las primeras falacias que encuentro en la película “El gran debate” es
cuando el equipo de oratoria se encuentra en el campo a la orilla de un río y
ellos responden a una serie de preguntas hechas por su docente en la cual se
ataca a la persona que en este caso son sus oponentes minimizándolos cuando
dicen que “el juez es Dios y que él decide quién gana o no y que el oponente no
existe”, en este caso me parece que es un típico ejemplo de argumento ad hominem, por lo que se hace
necesario aclarar que ni la persona ni las circunstancias tienen que ver con la
verdad o falsedad de la proposición.
Otra
falacia que se puede mencionar en el análisis de la película mencionada es
aquella del falso dilema cuando en
el debate final a manera de conclusión el participante negro cita a San Agustin
y manifiesta que “una Ley injusta no es una ley” y que esto significa que tiene
derecho a resistir con violencia o con desobediencia civil y que él prefiere
hacerlo con la segunda opción; ambas opciones son injustas y extremas pues
pueden provocar muerte, caos y anarquía, en nuestros tiempos creo que somos más
flexibles y se han desarrollado técnicas que nos pueden ofrecer más opciones de
mediación que evitan enfrentamientos entre los hombres.
La
falacia del argumento ad antiquitatem la
podemos apreciar cuando el equipo protagonista de la película debaten sobre el
tema de que si los negros deben ser admitidos en las universidades estatales,
el equipo antagonista arguye que si algo se ha venido haciendo o es tradicional
eso está bien, por lo que la señorita desbarata este argumento señalando los
cambios que han existido en la sociedad y que sus derechos deben ser
reconocidos en el presente y que eso no solo es malo sino también absurdo, y
hace un recuento histórico de los logros de los negros para alcanzar el
desarrollo de los Estados Unidos.
En
esta misma parte de la película “El gran debate” podemos apreciar otra falacia
que es el argumento ad consequentiam que
consiste en señalar las consecuencias desagradables de apoyar esa posición de
los muchachos negros cuando sus antagonistas manifiestan que el ingreso de los
estudiantes negros a la universidades fomentarían el odio racial y que uno de
sus intelectuales más prominentes (Dubois) comentó lo inútil que resulta el
querer convencer a una gran mayoría de hacer lo que no quieren hacer y que es
imposible que un negro reciba una buena educación en un colegio de blancos a lo
que el equipo protagonista responde que lo que creamos y queramos que algo sea
cierto no hace que sea verdad.
En
otra parte de esta película cuando unos campesinos rústicos blancos insultan a
un negro, cuando éste atropella un cerdo y se aprovechan de su condición racial
para discriminarlo a pesar de su preparación académica y de su predisposición
por pagar el daño por el causado y afirman que “estos negros de ciudad no se
quieren ensuciar las manos”, este es un ejemplos de falacia del argumento ad ignorantium, pues no existe prueba
de lo que aseveran y basan su afirmación en la ignorancia existente sobre la
condición humana, lo que no les da el derecho para inventarse lo que sea.
La
falacia de la afirmación del consecuente
la podemos apreciar cuando el profesor Tolson se reúne clandestinamente con los
aparceros para convencerlos de que son capaces de luchar contra un sistema
injusto y expoliador pues les muestra el apoyo que tienen de ciertas
organizaciones afines a sus principios, sin embargo estos no le creen y no se
convencen de los argumentos válidos del profesor, es más, minimizan sus
creencias y temen por sus vidas, con esa actitud los aparceros lo único que
lograban era ser consecuentes y funcionales a ese sistema, el pesimismo y el
temor los conducía a unas conclusiones erróneas y fatalistas.
Por
lo aquí expuesto quiero manifestar lo interesante que ha resultado la
realización y la aplicación de las falacias, serán de mucho provecho en nuestra
formación por cuanto hemos aprendido a identificarlas y como rebatirlas.
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